
Estados Unidos se enfrenta a una creciente crisis de atención a la infancia.
Su impacto económico se ha más que duplicado desde 2018, aumentando a la asombrosa cifra de 122 mil millones de dólares anuales en ganancias, productividad e ingresos perdidos el año pasado. Mientras tanto, la crisis en sí amenaza el futuro de las mentes más jóvenes de Estados Unidos y está obstaculizando el empleo y el avance educativo de la fuerza laboral estadounidense.
Así se desprende de unnuevo informe del bipartidista Council for a Strong America. En comparación con el impacto económico observado en 2022, en 2018 el peaje se estimó en 57.000 millones de dólares anuales. Según los autores del informe, tanto la pandemia como una política insuficiente han agravado los problemas.
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